Aunque este hongo puede afectar a distintos tipos de cereales como el trigo, la cebada o la avena, es en el centeno donde habitualmente prolifera, debido a las condiciones favorables de cultivo en climas húmedos, que propician el desarrollo de un pequeño tipo de seta capaz de liberar esporas fúngicas e infectar el grano durante su germinación.
El escleriolo o forma desarrollada del hongo, también llamado “cornezuelo” o “cuernecillo de centeno” por su forma y apariencia en la espiga germinada, infecta el ovario y se desarrolla como una protuberancia de color grisáceo o amoratado que sustituye al grano infecto. Tradicionalmente ha sido molturado junto al cereal para la obtención de harinas, causando de esta forma miles de intoxicaciones y muertes rodeadas de espeluznantes síntomas, asociados a lo largo de la historia con actos sobrenaturales; demoníacos o divinos, pero siempre con el pan de centeno como protagonista.
En el escleriolo del claviceps purpúrea se han identificado hasta 12 tipos de alcaloides derivados del ácido lisérgico, entre ellos destacan el LSD (potente alucinógeno), y la ergotamina (vasoconstrictor). Aunque existen otros derivados alcaloideos de interés médico como la ergometrina (con un potente efecto oxitócico que aumenta la frecuencia y amplitud de las contracciones uterinas durante el parto) y la ergocriptina (que inhibe la liberación de prolactina y en consecuencia la producción de leche materna en mamíferos); centraremos el post en los dos primeros, asociando sus efectos a la intervención de esas supuestas fuerzas del bien y del mal.
Dios y el Ergotismo Gangrenoso
El acusado efecto vasoconstrictor de la ergotamina ha sido sin duda el causante de esta necrótica enfermedad, en la que los infectados manifestaban una quemazón en las extremidades acompañada de gangrena, y que podía derivar en el desprendimiento de las mismas sin sangrado visible.
“Castigo Divino” para los más de 40000 fallecidos en la Aquitania francesa del siglo X, que propició que la orden de los Hermanos Hospitalarios de San Antonio construyesen más de 370 hospitales en todo el continente conocidos como “hospitales de desmembrados”, donde se trataba a los afectados de ergotismo gangrenoso, rebautizado por los más creyentes como “fuego divino” o “fuego de San Antonio”
La vasoconstricción y falta de riego, provocaba pústulas, retorcimiento de extremidades y extensiones de tobillos. Síntomas visibles en la obra del pintor Matthias Gothart Grünewald, “Crucifixión” que precisamente decora la capilla del monasterio de San Antonio de Isenheim, perteneciente a la orden destinada a dar cobijo a los penados con el “sagrado fuego”
El Demonio y el Ergotismo Compulsivo
El LSD, dietilamina del ácido lisérgico, es uno de los alucinógenos más potentes conocidos.
Sin dejar de ser una simple teoría, algunos autores apuntan a dicha sustancia como probable desencadenante de los tristes acontecimientos que llevaron al ahorcamiento y lapidación de 7 hombres y 13 mujeres en el famoso juicio de “Las Brujas de Salem” (Boston, 1692-1693).
Presente en el cornezuelo del centeno, alimento consumido habitualmente en la zona y fecha de referencia, pudo ser el responsable del desatino de las “afligidas” niñas que lo protagonizaron
Las acusadoras, entre espasmos, convulsiones, conducta maníaca, visión doble, flexiones involuntarias de los dedos, hormigueo y pinchazos en extremidades, alucinaciones, etc; propios de una «posesión diabólica», no dudaron a la hora de señalar a más de 200 culpables de practicar la brujería